La cultura del capital del riesgo destruye el mundo en lugar de salvarlo

¿Estás cansado de que el mundo parezca estar destinado a estar siempre cambiando?Bien, al parecer hay una tendencia que influye en la dirección de los cambios que está teniendo un efecto destructivo en vez de nutritivo. Esta tendencia es la cultura del capital de riesgo, de la que en este artículo hablaremos para que veas cómo el mundo podría estar mejor sin ella.

1. ¿Cómo el capital de riesgo destruye el mundo?

El capital de riesgo está ubicado en un sector financiero especializado que apalanca los recursos de fondos privados para invertir en proyectos de negocios de alto riesgo. Cuando los fondos obtienen éxito, los destinatarios ganan enormes cantidades de dinero; sin embargo, el problema es que estos riesgos y su potencial de recompensa suelen significar resultados devastadores para el planeta en su conjunto.

Desde empresas petroleras y mineras que están destruyendo los ecosistemas naturales hasta las empresas que producen alimentos altamente procesados con exceso de conservantes y químicos, el capital de riesgo está contribuyendo a una gran cantidad de destrucción en el mundo. Aquí hay algunas maneras en que los inversores están provocando daño:

  • Cambio climático: Las empresas que reciben fondos de capital de riesgo a menudo carecen del respeto por la conservación del medio ambiente. Esto contribuye a un mayor contenido de dióxido de carbono, y por lo tanto, degradación de la capa de ozono.
  • Explotación de recursos: Las empresas que tienen el capital de riesgo generalmente se apoyan en la explotación de recursos naturales, como los no renwables, para obtener una posible ganancia a cualquier costo.
  • Desigualdad: El capital de riesgo influye sobre la desigualdad económica, como cuando un pequeño grupo de inversores aseguran los beneficios, mientras el resto de la sociedad sufre los riesgos y efectos secundarios.

2. Inconvenientes de la cultura del capital de riesgo

Sin duda, la cultura del capital de riesgo ofrece un gran potencial para impulsar la innovación y la diversificación de la economía. No obstante, también hay inconvenientes que deben ser considerados al formar parte de esta práctica:

  • Drama de la medición del éxito. Los investors a menudo realizan evaluaciones inadecuadas de los proyectos y su potencial de rentabilidad, con altos rendimientos esperados que no son realistas. Esta situación crea una presión insostenible para el éxito de los proyectos, lo que puede provocar el fracaso de los mismos.
  • Cortos plazos de maduración. Los fondos de capital de riesgo mueven el dinero rápidamente para obtener rentabilidad, lo que significa que el plazo para la maduración de los proyectos es corto. Esto lleva a una reducción del tiempo dedicado al desarrollo de la idea de negocio real, lo cual puede restar valor añadido en algunos casos.

En definitiva, no hay duda de que la cultura del capital de riesgo ha mejorado la innovación tecnológica a nivel mundial, aunque dicho enfoque también trae consigo algunos inconvenientes que deben ser abordados para garantizar el éxito en los proyectos. Esto significa una planificación cuidadosa y establecer objetivos de inversión realistas.

3. ¿Qué daños causa el capital de riesgo?

El capital de riesgo puede provocar distintos tipos de impactos negativos. Para entenderlas con profundidad, es importante conocer la naturaleza de esta actividad financiera.

El capital de riesgo está orientado al financiamiento de proyectos empresariales de alto potencial, pero también alto riesgo de fracaso. Esto significa que los inversionistas toman decisiones basadas en ciclos económicos cambiantes, tecnologías disruptivas, y poquísimas garantías de devolver el dinero invertido. Esta situación, poco segura, lleva a:

  • Riesgo para la empresa financiada: El capital de riesgo a menudo conlleva extensos períodos de incertidumbre, en los que el proyecto financaido no produce ganancias. Esto puede poner en riesgo la salud financiera de la empresa.
  • Pérdidas inesperadas para los inversionistas: El riesgo se traslada a los inversionistas, que pueden sufrir grandes pérdidas en caso de que el proyecto fracase.
  • Riesgos para el medio ambiente: Debido a los períodos de incertidumbre, los inversionistas pueden desalentar o financiar los proyectos de responsabilidad social corporativa, con el objetivo de obtener un retorno rápido. Esto conlleva un riesgo para la sostenibilidad medioambiental.

Por estas razones, el capital de riesgo puede causar daños, tanto para la empresa financiada como para los inversionistas, así como para el medio ambiente.

4. Cómo evitar el impacto negativo del capital de riesgo

Cubrir tus bases. Establecer una planificación estratégica para tu empresa es la mejor manera de asegurar tu éxito y minimizar el impacto negativo del capital de riesgo. Esto requiere una exhaustiva investigación para determinar la inversión y el compromiso de recursos, así como el control de los pasos a seguir.

Para maximizar los resultados es importante conocer algunas de las principales recomendaciones para trabajar con capital de riesgo:

  • Evitar la extensión del cabildeo. No ofrezcas recompras innecesarias ni ofrezcas sobornos.
  • Estudiar el contexto ético. Fuera del estudio de la ética económica, es necesario conocer el contexto cultural.
  • Implementar sistemas de gestión financiera integral. Resguardar y proteger los activos, inversiones y empleados es esencial.
  • Presta atención al capital humano y sus emociones. Establecer relaciones, respeto y confianza contribuyen a reforzar tu proyecto.

Con la aplicación de los conceptos anteriores podrás minimizar el riesgo de actuar en contra de la ética económica y, así, mitigar el impacto negativo que pueda tener el capital de riesgo en tu empresa.

La cultura del capital del riesgo ha demostrado ser dañina una y otra vez. Sus intenciones pueden ser buenas, pero en la práctica no está salvar el mundo, sino destruirlo. Es triste pensar que hemos llegado a esta situación. Sin embargo, como dice el filósofo Aristóteles, «Lo peor está en nosotros, lo mejor también». Todavía hay oportunidades para salvar el mundo, pero debemos cambiar nuestros hábitos y cómo usamos el capital del riesgo. Entonces, solo queda ver si esa transformación llega a tiempo.

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